LA HÉGIRA Y MAHOMA
Este es el nombre que recibe la migración del profeta musulmán Mahoma, cuando parte desde su ciudad, La Meca, hacia Medina emprendida en 620.

Mahoma era un noble perteneciente a la tribu gobernante de La Meca, una ciudad al sur de Arabia. Para ser más exactos, Mahoma más que a su tribu, Quraish, pertenecía al clan Banu Hashim. Nació en el 570 d. C, se casó con Jadiya en 595, para quien trabajaba de mercader. Fue ella quien instó a su marido a escuchar las revelaciones que pronto le aparecieron. Se dice que Mahoma era un hombre pensador, que acostumbraba a meditar largo rato, y una de esas veces, se le reveló el arcángel Gabriel. El lugar en el que se le apareció es la pequeña Cueva de la Hira, en un monte a apenas 3 kilómetros de La Meca. A partir de ese momento, Mahoma tuvo claro que su misión era expandir aquella religión.

El número de creyentes aumentó tanto que los propios miembros del clan de Mahoma, que eran politeístas y su poder y riqueza se basaba en la peregrinación de gentes árabes en la Kaaba (que actualmente es una reliquia musulmán), decidieron expulsar a Mahoma y castigar a estos primeros musulmanes. Debido a esta presión, Mahoma decidió viajar a Medina para intentar atraer nuevos creyentes, lo que logró. Pero debido a que los judíos no lo aceptaron como profeta, los musulmanes a partir de ese momento, dirigieron sus rezos hacia la Kaaba de La Meca en vez de como hacían anteriormente, hacia Jerusalén. Tras la satisfactoria migración hacia Medina y la más satisfactoria misión de convertir una parte de su sociedad al Islam, tuvo un mayor éxito aún en la guerra contra un pequeño ejército de 1.000 hombres enviados desde La Meca. Venciendolo con apenas 300 hombres, este fue el inicio del rápido crecimiento y expansión del islam por Arabia, Asia y África, que llegaría incluso a nuestros días.
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