Batalla del Tajo: Aníbal en Hispania
Aníbal Barca, hijo de Amílcar, hasta el año 221 a. C., siete años después de la muerte de su padre, había sido relegado a comandante de la caballería por Asdrúbal, su cuñado y quien había sido elegido sucesor de Amílcar tras su muerte en batalla en 228. En 221, cuando Asdrúbal fue asesinado en algún complot palaciego, Aníbal quedó como heredero indiscutible en los territorios hispanos de su Cartago. Tras la aprobación del ejército y, más costosamente, la del Senado cartaginés, Aníbal se puso al frente de las tropas de Hispania.
Así pues, con el control del ejército y con un débil sometimiento de las tribus de la península, Aníbal decide emprender una campaña militar para fortalecer y afianzar su posición entre los íberos entre 221 y 220 a.C.,antes de emprender su famosa guerra contra Roma. Para empezar, dirigió una ofensiva contra la tribu de los olcades (fuera de la influencia cartaginesa pero cercano a sus fronteras al oeste del río Júcar y al este del Tajo). Aníbal tomó la capital, Althia, y regresó a su capital Cartago Nova para pasar el invierno.
En primavera de 220 a. C., atraviesa tierras de Carpetanos y otros pueblos para someter duramente las ciudades vacceas, a más de 500 km de sus territorios. A la vuelta a Cartago Nova, para la cual tomó una ruta diferente a la ida, los cartagineses fueron sorprendidos por un ejército compuesto por contingentes de diferentes pueblos nativos, la mayoría víctimas de Aníbal en la campaña del año anterior y la presente.
En batalla se encontraron los hispanos, de entre 100.000 y 40.000 (esta primera según autores antiguos y posible, pero seguramente magnificada) integrantes y los cerca de 25.000 de Aníbal, más sus 40 elefantes. Cada ejército se situó en una orilla del río Tajo, que debido a la irregularidad del terreno propició que los desordenados ataques nativos fracasaran y que la caballería de Aníbal fuera capaz de atravesar el agua para sembrar el caos entre las filas hispanas.
Tras derrotar la coalición nativa, Aníbal dedicó los siguientes días a arrasar el territorio circundante, tierras de los Carpetanos, cuyas ciudades acabaron rindiéndose, y después volvió a Cartago Nova. Al año siguiente comenzaría el asedio de Sagunto, propiciando con ello el comienzo de una nueva guerra con Roma: la Segunda Guerra Púnica.
Bibliografía:
-La Segunda Guerra Púnica (I). Aníbal en Hispania. Revista Desperta Ferro Antigua y Medieval no.53
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